Desde lo mínimo. ©Fotografía Nika López. Cortesía de la artista.
La sustancia entre dos estados.
Un cuerpo, un transmisor.
Un puente;
equilibrio, espacio intermedio.
Lo físico, lo espiritual.
Nuevas formas de re-conexión.
La vulnerabilidad, la sencillez, lo sutil.
Azul, transparencia y dos árboles.
Energía. Tierra. Material.
Lo que se ve es lo que está sucediendo,
un material que expande su esencia y
nos rodea en ella.
Un encuentro, un diálogo.
El público, el objeto.
La vida.
La transformación.
(Nika López, enero 2018)
Nika López, Desde lo mínimo.
Detalle de los elementos instalados sobre una mesa de hierro: semillas, agua, arcilla, rama de manzano y escarabajo. PACA_Proyectos Artísticos Casa Antonino. 2017
La pieza no estaba planteada como obra cerrada sino como una presentación de los modos de hacer de Nika. La semilla no se encierra dentro de un soporte o marco, se apoya y mantiene sobre la superficie acuosa que la acoge, la semilla no se pega, se injerta a través de la arcilla en la rama del manzano. La disposición es mínima, la superficie un gesto poético y un acto de escucha, la naturaleza de las cosas emerge.
Diferentes momentos del encuentro realizado en PACA_Proyectos Artísticos Casa Antonino el día 7 de octubre 2017 como conclusión de la residencia de Nika López en PACA. La artista planteó un encuentro abierto para conocer mejor su proceso de trabajo a través de una serie de ejercicios de sensibilización. En sala estaban las obras realizadas durante la residencia (Negrohumo y Savia) acompañadas de otros elementos dispuestos por la artista para generar una instalación ambiente que mostrase su manera de relacionarse con los materiales. Iniciamos con un ejercicio que favorecía la concentración, poniendo nuestra atención en la respiración, en el cuidado. Una pequeña semilla flotaba en un cuenco lleno de agua, cada persona debía tomar el cuenco en sus manos y moverse lentamente sin derramar su contenido. Tras este primer ejercicio, salimos a la pomar, aprovechando el día de sol. Una vez en el campo Nika López nos invita a tumbarnos sobre la hierba y sentir el sol en nuestra piel, hacernos fruto, rama, hoja, seguir el movimiento del sol, sentir su calor, a través de movimientos libres, lentos. Somos briznas de hierba.
Con el tercer ejercicio propuesto por la artista experimentamos el equilibrio, el roce, con movimientos más dinámicos pero siempre en dependencia del otro: cada gesto afecta al equilibrio construido de forma colectiva por el grupo, unidos por medio de varas de avellano que se sujetan precariamente en las concavidades y formas de nuestros cuerpos. Nos movemos intentando no dejarlos caer, manteniéndonos siempre unidos a través de estas estructuras frágiles, mínimas.
Presentación (INTRO)
Desde lo mínimo es un proyecto realizado por la artista Nika López durante su residencia artística en PACA_Proyectos Artísticos Casa Antonino (Gijón, septiembre-octubre 2017), comisariado por Virginia López y cuyo proceso de trabajo ha ido acompañado por Juan Llano Borbolla, autor del texto razonado Briznas de hierba de la A a la C. El proyecto ha sido objeto de una publicación editada por Pacabooks y presentada al público en Arts Libris-ARCO Madrid en febrero 2018.
El cuerpo de trabajo de la artista Nika López, el contexto teórico que ha construido Juan Llano Borbolla a partir del encuentro con Nika y la práctica artística desarrollada cotidianamente en PACA dan lugar a nuestra propuesta.
Mi interés reside en la relación que establece mi cuerpo con los elementos naturales. Construyo alrededor de materiales encontrados entre la naturaleza y la civilización, percibiéndolos como prolongación de mi cuerpo para retomar el contacto con el entorno.
Estar envuelta en un mundo de excesos artificiales me ha provocado una falta de identificación con los objetos cotidianos, lo que me lleva a retomar un contacto con fuentes de vida vegetal, sensibilizando al cuerpo a establecer vínculos afectivos con lo aparentemente insignificante. Desechando, tanto materiales tóxicos o industriales como derivados de origen animal, manteniendo una filosofía ecocentrista. Con la intención de vivenciar una experiencia artística que desemboque en una transformación personal, desarrollo acciones centradas en la sensibilidad, incrementando la relación de responsabilidad hacia el entorno.
Propongo hacer observable lo desconocido profundizando en las relaciones que establecemos con los elementos con los que convivimos. Utilizo el instinto para conseguir un estado de conciencia que me pueda conectar con el material y sacar de mí algo primigenio y oculto hasta entonces. Así, lo conocido se desplaza y aflora mediante la intuición el descubrimiento de algo interno. Como si mostrara el espíritu que se esconde. De esta manera se exterioriza en primer lugar, lo que el cuerpo es y a la vez, lo que el material le remite. Un diálogo continuo que abre las puertas a una experiencia única con respecto a las infinitas posibilidades de los materiales.
Al fin y al cabo, la postura a la que me enfrento sería a reencontrarme, a través de lo externo, en una experiencia total. Y es total precisamente porque conlleva un desarrollo personal hacia lo desconocido.
Descubrir otras vías por las que vincularse con el entorno enriquece nuestra vida, nos acerca a apreciar lo aparentemente insignificante. Nos sensibiliza. – Nika López
Nika López, Savia. Saliva sobre madera. PACA_Proyectos Artísticos Casa Antonino, Asturias.2017. ©photo: Nika López. Cortesía de la artista
Nika me envió una carta en diciembre, mientras estábamos organizando su futura residencia en PACA. Ya había visto su obra y la propuesta que me hacía, fluida y abierta, en espera de ese contacto con el entorno de nuestra casería, me entusiasmó por su sensibilidad, respeto y coherencia. La realización de su proyecto se planteaba desde una perspectiva abierta, atenta al diálogo que establecería con el medio y sus materiales a través de momentos de sensibilización del propio cuerpo, un encuentro experiencial en el que Nika se convierte en cuerpo resonante. No es ella quien se impone al espacio o a los objetos y materiales que utiliza, sino que establece un diálogo entre iguales priorizando la escucha y la interiorización.
Creo que Nika es ese injerto soñador del que habla Gastón Bachelard en su “Poetica della rêverie” (todos somos injerto, humanidad imaginante), conectados a la linfa profunda de la natura naturante, esa imaginación material y primordial que da lugar a la imaginación formal en el momento en el que la cultura da forma a la naturaleza. El arte, dice Bachelard, es un injerto en la naturaleza, tiene origen orgánico y su poder radica en la capacidad e intensidad de su resonancia, también en la fidelidad con la que nos dedicamos a mantener ese contacto, ese acto de sensibilización y escucha, momentos de lucidez e intimidad que nos permiten adentrarnos en un tiempo trascendido y poietico, creador. Sin pensar demasiado, sintiendo, percibiendo con el mayor número de sentidos posible para poder adentrarnos en la naturaleza de las cosas, en nuestra verdadera naturaleza profunda, la vegetación oscura. Un acto que no es fruto de una hora fugaz, sino que exige la suficiente continuidad como para poder encontrar la materia de su fidelidad poética. Esa búsqueda de Nika, ha ido acompañada por las reflexiones de Juan Llano Borbolla, que fueron conformando, a partir del sentir y experiencias de la artista, un marco teórico, un pensamiento ético, estético y político. Juan Llano no describe la obra de Nika López, a través de la palabra hace un recorrido paralelo: desde lo mínimo y la ética individual, a través de una revisión del contrato de Rousseau, nos propone una ética de máximos, una ética que sea capaz de incidir en lo social y colectivo, un acto político, de posicionamiento y revisión apoyándose en diferentes pensadores y teniendo a Spinoza como basso continuo. Un texto inmenso por las vías que abre, con axiomas, problemas críticos y dilemas, con momentos soñados y posibilidad de fuga. Os proponemos breves extractos (pido disculpas a su autor por el destrozo) del texto completo publicado en el libro “Desde Lo mínimo. Nika López”, acompañado por algunas de las obras y ejercicios realizados por Nika durante su residencia en PACA, esperando que a través de estos fragmentos se puedan producir algunos fulgores ((())).
“Desde lo mínimo. Nika López”. Libro editado por pacabooks. Book-concept Virginia López. 2018. Presentación y lecturas performadas a cargo de Daniel franco, Juan Llano Borbolla y Daniel Franco en Puxagallery (Madrid) en el marco de la feria ARCO Madrid. 23 de febrero 2018.
Creo que una brizna de hierba,
no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga es perfecta,
y que también lo son el grano de arena
y el huevo del zorzal,
y que la rana es una obra maestra,
digna de ser significada
y que la zarzamora podría adornar los salones
del cielo,
y que una vaca paciendo con la cabeza baja,
supera a todas las estatuas,
y que un ratón es un milagro capaz de asombrar
a millones de incrédulos.
Y que la menor articulación de mi mano,
puede humillar a todas las máquinas.
(Walt Whitman)
BRIZNAS DE HIERBA DE LA “A” A LA “C”
CON DOS EPÍLOGOS SOÑADOS Y UNA FUGA
(una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros)
Por Juan Llano Borbolla
Introducción breve.
Spinoza, grosso modo, como bajo continuo.
. Lo Naturante (Natura Naturans) es lo original, lo creativo, lo poiético.
. Lo Naturado (Natura Naturata) es lo intervenido.
. (Deus sive Natura) Dios o Naturaleza. Prueba del monismo panteísta de Spinoza donde la sustancia infinita es la Naturaleza.
A
Ética de mínimos.
(La brizna)
Consideremos como punto de partida una representación fácil, bucólica tal vez, casi literal y más poética que científica, al más puro estilo Thoreau: Nika López se arroja al bosque, a lo natural, a la existencia en sí …desde lo mínimo. La razón: porque quiere crear deliberadamente, es decir, enfrentar sola los hechos y devenires de la vida originaria y ver si puede aprender lo que ella -la vida, aquella originaria- tiene que enseñarle. De la conjetura resulta una imagen ideal pero ilusoria, un deber-ser confuso, difuminado, con niebla, un asunto sin resolver, una impostura. También podría llamarse un desencanto del mundo moderno y del lugar intervenido (Naturado). La causa: el imperio de una utilidad directa y el poder de la plusvalía, contrarios a una sociedad imaginada que remitiría hacia una interrogación sobre lo social en general, sobre lo político en particular y a la defensa de una revolución de las mentalidades.
Reparemos ahora en las representaciones del sentido común: vivimos en un mundo en el que hay cosas y seres reconocidos como tales; ya identificados y escrupulosamente clasificados, y donde se producen acontecimientos causados de modos más o menos complejos por ser las cualidades de estas cosas/seres múltiples. Si matizamos que los seres son (pudieran ser) humanos, podríamos decir que este mundo nos es familiar y es aquí donde nos encontramos más cómodos, aún cuando no siempre sea fácil vivir en él. No obstante, partiendo de un aquí y de un ahora, hemos de buscar, o mejor dicho, nos vemos obligados a encontrar, un mundo diferente y un saber distinto que nos haga girar hacía lo otro-mundo-naturaleza, que ponga orden y baje los humos de esta fiebre antropocéntrica que ha hecho enfermar -entendida la patología en el sentido de soportar cargas ajenas- a toda la humanidad y a toda naturaleza, humana y no humana.
Para coger carrerilla, una vez definido y delimitado el campo de batalla, y a modo de calentamiento, (re)puntualicemos la ética de mínimos. En principio, la disciplina, tiene como fin la no maldad para con los demás seres humanos en cualquier cultura y, obviamente, en cualquier lugar. Esto es el respeto, la tolerancia, la empatía, los principios de convivencia básicos que se requieren para vivir en una sociedad plural encaminada a un ideal de justicia universal. Expuesto así, a primera vista, la situación parece utópica. Efectivamente, lo es. Pero también es sumamente deficiente si consideramos imprescindible que la deferencia hacia los demás iguales comienza por el respeto hacia aquello que nos rodea no solo humano, sino también animal y/o “natural”. Se requiere así un principio de orden primigenio, valga la redundancia, en el que el cuerpo sea concebido como materia en el mismo nivel que las cosas que componen la naturaleza. Vaticinemos entonces que sólo bajo esta condición estaríamos preparados para alcanzar un bienestar pleno en completa armonía ambiental y con íntegra capacidad para fluctuar bajo los designios de un ritmo cósmico.
En las metáforas gnósticas que encontramos a partir de la gran filosofía barroca el espíritu ha caído, ya no acecha sobre nuestras cabezas fiel a los imperativos de un Dios todopoderoso que todo lo organiza y todo lo decide. (Deus sive Natura). Ahora -Dios, aunque cuestionado, se lo supo montar muy bien para seguir torturándonos- el ente simbólico ha quedado permanentemente atrapado en un cuerpo concreto cuyo individuo es reprimido, sojuzgado, solo por el simple hecho de haber sido puesto en el mundo y obligado a vivir en sociedad. Así todo, desde este cuerpo ya materia, desde estos mínimos, se experimenta un intento de regresar a lo natural no influenciado (Naturante) en detrimento de las imposiciones divinas. Estamos hablando de un tiempo pretérito donde la naturaleza se diviniza y dios se naturaliza; pero el espíritu/dios/eco-supra-humano no decae del todo. Deshacerse de este aliento divino alienante -si es que se conoce el camino para conseguirlo- y lanzarse a una comunión absoluta con la naturaleza sería la solución más radical para con UNO mismo. Lo que ocurre es que no se pretende aquí una ruptura en beneficio propio, sino la representación de un encuentro integrador de toda la humanidad con “lo mundo” y las cosas de las que se compone, entender el cuerpo como pieza contingente en el engranaje del aparato-naturaleza, como otra materia más en un mundo atestado de materia, cosa ontológica. La liberación no significa ahora separación, sino adhesión, lazo vinculante, cuerpo natural (natura naturans) …en un lugar todavía sin pervertir; genésico, creador, poiético…
Describir e inscribir el cuerpo en un sistema sumamente salvaje e indómito como parte meramente material y/o cosa naturante con causa más o menos libre, es muy probable que devenga en el peor de los espectáculos puro naturalistas; esto es: una ecología de herbolario santero, una insufrible charlatanería política o un hipismo trasnochado. (…). El cuerpo, nuestro cuerpo, el cuerpo de Nika es una caña, una brizna de hierba, sí… pero una caña que piensa y hace pensar. (…) Es preciso, en conclusión, partir del cuerpo y regresar desde él, desde lo mínimo, a la materia, pero no a merced de unas leyes naturales dadas donde los sistemas de pensamiento no tienen nada que hacer (a pesar de que el cuerpo se presente al sujeto como un volumen sólido), sino asumir la fragilidad y “vivir” y reflexionar el proceso en virtud de los dialelos dialécticos (círculos viciosos) cuerpo vs. naturaleza, cuerpo vs. política, moral vs. ética…
Axiomas A
. Nuestro cuerpo es vivido.
. Nuestro cuerpo es pensado.
. Refutación de la banda de Moebius como símbolo humanista.
. Encaminarse a una filosofía primera es aproximarse a la cosa en sí, a la esencia.
. Nada es permanente a excepción del cambio.
. Todo cambio lleva implícito un planteamiento político.
. Todo planteamiento político lleva implícito un programa para, con, por, los demás.
Problema crítico A
(a lo Merleau-Ponty)
. ¿Cómo concluirá esta lucha entre la corporeidad objetiva y la vivencia en primera persona del cuerpo que somos?
B
Ética de máximos
(Los astros)
Pervirtamos ahora lo que sería la ética de máximos tomándola en su sentido textual y llevándola desde el plano personal al social. Formemos así otro dialelo: ética vs. política o, para no enfrentar los conceptos ni hacerlos vacilar el uno sobre el otro, partamos de unas hipotéticas bases éticas, que corresponderían a un intenso programa educacional previo, para adentrarnos en un proyecto político que sitúe todo lo directamente vivido en la convergencia entre el arte y la ecología fuera del ámbito de la mera representación. Sigamos con un aforismo propio: ‘En toda iniciativa política se necesita un posicionamiento’, es decir, es urgente tomar partido a favor de cambios fundamentales para acoger un nuevo modelo de sociedad venidera que remueva la jerarquía de esos valores actuales, que no tienen otro interés que ubicar al hombre y a la mujer (en el mejor de los casos) en el centro de todo debate, y así poder ampliar el círculo moral.
Una extensión de El Contrato Social más allá del Anthropos (ἄνθρωπος) no sería un mal comienzo. Lo que pasa es que el roussoniano pacto entre seres humanos, a juzgar por la indecente situación que nos ha tocado vivir, parece no estar de todo asumido en un mundo donde la firma entre desiguales no ha surtido efecto alguno (obsérvense, por ejemplo, flaquezas como la paridad de géneros, la horizontalidad de razas y de religiones, la distribución digna en las cargas fiscales o, resumiendo, todos los obstáculos que dificultan la construcción del proyecto común). Lo que había nacido hace ya algunos siglos para apoyarnos entre iguales (humanos) y aportar desenlaces positivos a situaciones calamitosas se ha quedado sin historia, de tal manera que cualquier iniciativa de este tipo está aún por nacer, es decir, una sociedad rotundamente democrática es todavía un plan de futuro. Si es indiscutible la endeble puesta en práctica del acuerdo, si todavía hoy existen serios problemas para que los humanos nos reconozcamos humanos como tales, si el deseo de una propuesta ética de convivencia ha quedado en agua de borrajas, si todavía no hemos entendido nada de nada… Evidentemente, tenemos un grave problema.
Problema crítico B.1
. ¿Cómo hablar de ampliar El Contrato Social hacia lo Otro-No-Humano sin darnos de bruces con el espectáculo mediático?
No cabe duda alguna de las buenas intenciones que el texto de Rousseau tiene para los “hombres” (tengamos en cuenta que el pensador en todas sus reflexiones deja a la mujer en un segundo plano). Someterlo a juicio una y otra vez es obligatorio aunque, eso sí, es posible que en el veredicto, dada la todavía no superada actualidad patriarcal, fracasemos. Afirmemos ahora, desde esta perspectiva, lo mismo que nos preguntábamos más arriba: solo haría falta una pequeña, pero sustanciosa, revisión que reconociera a otros firmantes además de los seres humanos, de tal manera que el pacto en cuestión se hiciese extensible a todos los demás sintientes, es decir, forzar una deriva desde el antropocentrismo al biocentrismo. Es indudable que lo único que nos podría sacar de este atolladero sería crear un espacio natural de solidaridad y compromiso con todo lo viviente. ¡Ojo! Apelar a la solidaridad no significa, en este caso, penetrar en la farragosa y vacía prédica cristiana que relaciona la fraternidad moral con un hipócrita sentido de la compasión hacia el Otro más débil. De ser así, resultaría insufrible tal oneroso lastre. Se trata, más bien, de aproximarse (y si fuera posible superar, con giro irónico incluido) a aquella ética de la solidaridad que reconoce la incapacidad del hombre (desde el lenguaje, desde la mente) de erigirse como espejo de la naturaleza: no somos espejo, sino que estamos predestinados a ser retornados en naturaleza misma y esta se puede atrapar teniendo un encuentro auténtico con ella sin autoridad superior alguna. Otro viraje ético que complementa el anterior viene gritado en las palabras ferozmente desesperadas de Hans Jonas que hablan de una ética de la responsabilidad que necesariamente surge de una evidencia fáctica (la vulnerabilidad de la naturaleza frente a la acción humana) y del a priori kantiano del respeto por todas las formas de vida; condición indispensable para que surja la confianza en estas comunidades sociales extensas que Nika López enuncia en su obra. Tanto para los defensores de la ética de la solidaridad, como para Jonas, como para la artista, el individuo es indisociable de la colectividad (entendida, estirando mucho la cuerda, como la fusión -que no unión- humano-animal-natuzaleza) y su autonomía siempre es parcial. Todo esto, que no es poco, va inevitablemente atado a la tradición centrista del pensamiento occidental (léase: varón – blanco – heterosexual – poderoso – rico – cristiano – europeo / norteamericano) que se ha agarrado con fuerza a nuestro cuello imposibilitando el avance. En este deambular entre la solidaridad, la responsabilidad y el peso de la carga cultural se sitúa la práctica artística de Nika.
(…) no solo es imprescindible renovar el texto de Rousseau, sino que se hace indispensable también una revisión de todas las narrativas discursivas occidentales, de tal manera que se derriben los muros entre dualismos que restan calidad en el proceso social. Un cambio de paradigma que acabe con la distancia que nos hemos empeñado en poner no solo entre sujeto y objeto (rasgo distintivo de la modernidad), sino también entre: cuerpo y mente; hombre y mujer; humano y animal; ética y ciencia; lo público y lo privado; naturaleza y cultura; ser vivo y artefacto; lo natural y lo artificial; creación y destrucción; entre lo autopoiético y lo externamente diseñado, es decir, entre lo naturante y lo naturado que diría Spinoza; entre el hecho y la ficción; la verdad y la impostura… y entre otras muchas distinciones que se venían aplicando o a organismos o a máquinas (siempre por separado), daría lugar a un nuevo discurso, superador de los que ha dejado una postmodernidad hoy decadente, que así mismo disolviera la frontera entre Naturaleza y Tecnología preparando el terreno para seguir el rastro a otra configuración histórica en la que todos tengamos voz.
(…) Si trasladamos lo hasta ahora dicho al lenguaje plástico de Nika López observamos la destrucción total de la barrera que separaba al sujeto del objeto (y por extensión a todos los demás dualismos de la modernidad): sujeto-cuerpo-materia-objeto-naturaleza son un solo fluctuar de energía. Nika-Cuerpo es materia que forma parte de su propia alteridad/naturaleza (orquídea – avispa / avispa – orquídea) y crea un campo energético autopoiético con resultados de orden estético, ético y político. Nika-Máquina-Naturaleza es espacio de reinvención. Nika-Mente-Materia desoye y supera los consejos de los necios modernos. Pura intensidad.
C
Ecoética
(La brizna y los astros)
(…) La naturaleza está construida como el zorro construye su madriguera, desde lo mínimo, sin ni siquiera palabras.
BIRD WOMAN SONG, Elizabeth Swados
Nika López. Negrohumo. Selección de fotografías y video acción.
Proyecto de residencia artística, PACA_Proyectos Artísticos Casa Antonino, Asturias.2017. ©photo: cortesía de la artista Nika López.
La térmica de Aboño se conoce en España por ser la central térmica de carbón más grande del país. Situada en proximidad del puerto de Gijón (El Musel) y de la empresa siderúrgica Arcelor Mittal, constituye la tercera más contaminante de Europa y debido a las altas emisiones de C02 que libera su combustión, contribuye al aumento del calentamiento global, perjudicando tanto la calidad de vida de los habitantes como la del ecosistema.
La elección de este espacio (depósitos de parvas de carbón de El Musel) vino dada por su carga energética, simbólica y política. Aquí no me encontraba en una naturaleza familiar como en anteriores trabajos, por eso mismo, este proyecto es muy distinto a otros. Negrohumo habla de vivir el espacio, de sentir el tiempo, de hundirse en el fango para denunciar problemas globales, los cuales a través del gesto, de la mínima intervención, se muestran abstractos dentro de un mismo contexto, el de la explotación.
Un espacio que ha sido intervenido, transformado y contaminado es, en sí mismo, una inspiración. La relación que establece mi cuerpo con dicho elemento me sirvió para sensibilizar sobre la problemática relación entre ecología e industria, ética y legalidad.
El video muestra la presencia de un sujeto vulnerable en un espacio ajeno, impropio, donde sonidos provenientes de camiones de carga y descarga, marcan los tiempos de acción. Una fragilidad extendida en busca del delirio. Saltar al vacío o volverse hacia él. Una interpretación sensorial que refleja intereses vitales, políticos y sociales. En la primera parte del video permanece mi cuerpo junto a un charco de carbón, viéndose reflejado hasta hundirse al igual que el mito de Narciso. Sin embargo, en vez de morirse ahogado, el sujeto se cubre con esta sustancia a través de ciertos movimientos inconscientes que reviven un estado de memoria animal, impulsada quizás por la imagen del manto negro que hace unos años inundó las costas gallegas. En la segunda parte, mi cuerpo recorre la distancia de la montaña hasta la cámara, atravesando los límites de lo imperceptible hasta el detalle, desvelando todas las consecuencias de la acción anterior con una fuerte presencia a modo de denuncia.
Nika López, Negrohumo. Video-acción 11’25” El Musel – Central térmica de Aboño, Asturias. 2017.
(realizado durante la residencia artística en PACA_Proyectos Artísticos Casa Antonino)
Nika López (Valencia, 1994) Se crió viajando con su familia en autocaravana y su amor por la naturaleza fue creciendo, afirmándose en una ética ecocentrista cuya ideología desarrolla a través de sus estudios en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia (2016). Se especializa en una práctica artística interdisciplinar trabajando con diferentes medios como el dibujo, la escultura, el vídeo o la performance. Invitada a festivales internacionales como PAO (Performance Art Oslo, Noruega) en 2017 y AcciónMAD16_Encuentros Internacionales de Arte de Acción en Madrid, su trabajo forma parte de la colección Obra Abierta de la Fundación Bancaria Caja de Extremadura, Art+Social+Tèxtil ‘17 de la Universitat de Barcelona. Entre las principales publicaciones que recogen su trabajo destacamos “Emergency INDEX. Vol 6. An Annual Document of Performance Practice”, 2017.
http://www.nikalopez.com/
Virginia López es artista. Licenciada en Historia del Arte (1998) y en Bellas Artes (ABAF, Florencia-Aalto University, Helsinki, 2011). En el 2013 funda PACA_Proyectos Artisticos Casa Antonino, en el 2016 inicia el proyecto de editoría independiente Pacabooks, publicaciones y libros de artista relacionados con los proyectos y residencias artísticas desarrolladas en PACA. Su obra (pintura, instalaciones, fotografía o escultura) indaga la dimensión temporal, el concepto de memoria y transitoriedad a través de los materiales utilizados, entendidos como contenedores de tiempo. Desde el 2014 inicia una línea de proyectos artísticos de carácter colaborativo y procesual en torno al paisaje donde la práctica artística y educativa constituyen momentos de encuentro y co-creación.
virginialopezvl.com Artist Run Space pacaproyectosartisticos.com
Juan Llano Borbolla es crítico de arte y comisario independiente. Historia del arte con breves incursiones en filosofía, literatura y demás textos. Historia porque localiza el punto Jonbar, literatura porque se inventa el resto y filosofía porque cuestiona e interpreta todo, nunca describe. Licenciado en Historia del Arte (Universidad de Oviedo), máster en Comisariado y Pensamiento Contemporáneo (Universitat Ramon Llull, Barcelona). Ha desarrollado proyectos curatoriales y colaborado con museos e instituciones: MACBA, Ars Santa Mònica, BilbaoArte o ArteLeku.
Residency Project: http://pacaproyectosartisticos.com/artist-in-residence-2/nika-lopez-2017/
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